Un jeque y empresario de Emiratos Árabes Unidos intenta la compra de un equipo de fútbol de la liga profesional de Israel. Sin embargo el acuerdo está a la espera de una decisión al develarse que el patrimonio del empresario se basa principalmente en bonos venezolanos que se encuentran en impago.
La intención del jeque Hamad bin Khalifa Al Nahyan, miembro de la familia gobernante de Abu Dhabi, capital de Emiratos Árabes Unidos, de comprar el 50% de las acciones del club Beitar de Jerusalén se constituye en un hito en las relaciones árabe-israelíes. Luego de un acuerdo alcanzado a finales del año pasado es posible por primera los negocios entre ambas naciones.
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Sin embargo luego que la liga comenzara a indagar en el patrimonio de Al Nahyan, la firma Megiddo Financial Intelligence descubrió su relación con la deuda venezolana. El jeque posee como uno de sus principales activos bonos que se encuentran en default de la deuda venezolana, reseña Blomberg.
El patrimonio neto declarado por Al Nahyan consiste en 1,6 mil millones de dólares. De ese monto el 90% corresponden a bonos venezolanos que se encuentran en impagos de acuerdo a la Asociación de Fútbol de Israel (IFA, por sus siglas en inglés).
Sin embargo no es ilegal la posesión por parte de Al Nahyan, ciudadano emiratí, de bonos venezolanos. Las sanciones de Washington solo restringen en ese sentido a ciudadanos estadounidenses.
Procedimiento normal
La IFA aclara igualmente que la revisión del patrimonio de un comprador de un club es un procedimiento normal. El organismo le dio al club de Jerusalén una extensión de tres semanas -que vence el martes- para responder sobre las finanzas del jeque comprador.
Los bonos emitidos por Venezuela y por Pdvsa con un valor de 60.000 millones de dólares, se cotizan en apenas centavos de dólar. El país detuvo los pagos de los compromisos generados por esos papeles.
La IFA indaga si el patrimonio del jeque se basa en valor nominal o en valor de mercado de deuda.
El Beitar de Jerusalén se ha coronado unas seis veces como campeón de liga en Israel y entre sus partidarios se encuentra el primer ministro Benjamin Netanyahu. La compra del Beitar por un jeque árabe generó polémica desde el principio. El club restringe la participación de sus jugadores en base a su origen étnico, y además su fanaticada ganó notoriedad en el pasado por sus canticos racistas.