Desde hace dos décadas se decretó la inmovilidad laboral en el país y se extiende por un año más mediante decreto del 31 de diciembre. La misma en su artículo 2 establece que los empleados «no podrán ser despedidos, desmejorados, ni trasladados, sin justa causa, calificada previamente por el Inspector del Trabajo».
Pese a que sea una medida para mejorar el empleo lo que ha traído es disminuir los puestos de trabajo cuestionó la ONG Justicia Venezolana. El Fondo Monetario Internacional calculó que la tasa de desempleo para 2019 cerraría en 47,2% y que en 2020 llegaría al 50.3%
Sin embargo, los cálculos se quedaron cortos debido al impacto de la pandemia. En octubre de 2020 proyectó que el cierre sería de 54%
Además de la inamovilidad laboral se le suma la Ley Orgánica del Trabajo, los Trabajadores y Trabajadoras. Desde su aprobación ha hecho crecer el desempleo. En 2013 llegó a 5,3%; en 2015 saltó a 9,4%, de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística (INE); luego en 2016 pasó al 10,5%, según expertos, y en 2017 alcanzó 27,1%.
¿En qué mundo vive el régimen? Los comentarios de venezolanos sobre la inamovilidad laboral
No es respetada ni siquiera en instituciones públicas
Pero la inmovilidad laboral no es respetada ni siquiera en las instituciones del Estado. Tal como ocurre en Pdvsa que en los últimos años ha despedido a miles de trabajadores, incluyendo líderes sindicales, como reseña venezuelaaldia.com.
No solo ignoran la inmovilidad laboral sino que hacen caso omiso a las resoluciones emitidas por la Inspectoría del Trabajo para reenganchar a cientos de los afectados.
El Gobierno persiste en cobrar a los trabajadores el seguro de desempleo que no puede ser reclamado por los trabajadores al Instituto Venezolano de Seguro Social debido a que legalmente no puede dar la contingencia que es el requisito para que proceda su pago, es decir nadie puede perder su trabajo de manera involuntaria.
Reenganche es absurdo
El proceso de reenganche por violación de la inmovilidad laboral este último año fue un fracaso debido a la pandemia y la hiperinflación. Además, los cómputos de las compensaciones por salarios caídos son calculadas sobre el salario mínimo vigente con una proyección de 3$ por año de salarios caídos por lo que hace que sea absurdo el proceso de reenganche
