En una Venezuela donde la crisis de los servicios públicos es latente y las deficiencias de las empresas en mano del Estado saltan a la vista; ahora se suma que los usuarios ni siquiera puedan pagar para recibir el servicio de telecomunicaciones.
Desde que empezó el año no puedo recargar el saldo telefónico en Movilnet. Es la historia de Elena, una profesional de la comunicación que debe estar al día con el acontecer.
Apenas logró dar el feliz año a sus familiares y amigos por teléfono luego de las doce campanadas. Pero el 1 de enero quedó en el limbo de la incomunicación en la que viven miles de venezolanos.
Es usuaria de Movilnet porque, a pesar de las deficiencias del servicio, sigue siendo la que ofrece tarifas más bajas.
Desde hace varios meses no logra ni consultar su saldo. Hace las recargas «a ciegas» desde sus dos opciones bancarias disponibles.
El 1 de enero intentó hacerlo luego de constatar que el servicio no fallaba por deficiencia en la señal. Sin embargo sus miles de intentos fueron infructuosos.
Una semana después intenta en un puesto de recargas que utilizan aplicaciones para ello.
«Si recargamos Movilnet pero desde ayer en la tarde no hemos podido» fue la respuesta de la encargada del local. «El mínimo de monto por recarga era de 200 hasta ayer que lo subieron a 400 (mil) bolívares, pero usted debe pagar 520».
¡Hecho en socialismo! Di positivo para Covid-19 y me enteré diez días después
«O sea, además tocará pagar comisión» se quejó Elena aunque admitió que en una economía dolarizada y plagada de precios escandalosos, la cantidad sigue siendo poca.
Sin respuesta
Un agente comercial aliado a la empresa filial de Cantv estaba en su camino. Ese día no trabajaron, el lunes 11 se dirigió nuevamente al local y el empleado usando el uniforme naranja con logotipo de Movilnet dijo que ni un correo de la empresa han recibido sobre la falla.
Un aviso en Twitter
Agotada de tener que buscar una señal wifi para seguir intentando las recargas por los canales bancarios, revisa Twitter. La causa del problema que le lleva por dos semanas la vida de cuadritos es «una falla que intentan solventar».
Ya casi se cumplen los primeros 15 días del año, sin saldo, sin respuesta efectiva, sin comunicación, con dificultades para trabajar y la incertidumbre incluso de perder la línea y los cálculos de lo que implica migrar a otra teleoperadora.
Será acaso ¿la crónica de una muerte anunciada?, como ocurrió con los usuarios de la red CDMA que quedaron esperando por la restitución de la señal para luego enterarse que sus líneas fueron eliminadas.
Esta crónica no es una historia contada. La protagoniza, quien suscribe la nota.
