La prostitución en adolescentes venezolanas es cada vez más evidente y a más temprana edad. Desde los 14 años ya inician con la decisión entre el límite de la necesidad por comer o la curiosidad por adelantarse a las etapas de la vida.
Esto es una alerta que hacen organizaciones como Proyecto Juvenil Misionero «Projumi» que registra ocho de cada 20 casos; mientras Caritas sabe de este problema en los barrios de Barquisimeto, una situación que tiene cara de necesidad.
«Se están prostituyendo y lo más grave, en esa crisis de valores, es que se tienen menores de 15 a 16 años padeciendo de enfermedades tan graves como VPH», lamenta Gerardo Pastran desde Projumi a La Prensa de Lara. Al mismo tiempo subraya que son insuficientes los programas de prevención, mientras muchas chicas no cuentan ni del acompañamiento de los padres para guiar sus vidas.
Y aunque supone ser el hambre la razón que lleva a esas chicas a esas acciones, es algo que puede evitarse y dejar de que la necesidad justifique sumirse en este tipo de esclavitud.
Según los datos de estas organizaciones, en los últimos 5 años la situación se ha duplicado. Han llegado a registrar casos de 4 por cada 20 adolescentes.
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Esto llega como consecuencia también de una mezcla de situaciones que empiezan en hogares de familias disfuncionales, copiar este comportamiento de la madre o familiares muy cercanos y el ausentismo del padre que emigró para buscar mejores condiciones. Además, el malentendido de la negociación cundo los niños y jóvenes deben respetar las normas de la casa. Sumado a fijar una personalidad propia, sin riesgo de caer en los “negocios fáciles” por redes sociales.
Silencio ante el deterioro de la adolescencia
El padre Omar Gutiérrez de Caritas Barquisimeto lamenta el silencio ante el deterioro de la adolescencia cuando venden su cuerpo porque no tienen nada para comer. «Algunos se prostituyen por harinas, arroz o caraotas», señala de ese rumor entre los vecinos de sectores populares y por lo general, provienen de una familia numerosa. Muchos crecen con su madre soltera y con cinco hermanos de padres diferentes que si no tienen la base moral pueden hasta resolver con el intercambio sexual.
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«Se observa la figura de la Chica Repique, quien responde con citas inmediatas en plazas, parques y demás espacios públicos abandonados o poco transitados», advierte Gutiérrez. Estas no requieren de llamadas telefónicas, están disponibles a cualquier hora y cualquier momento por un momento tan mínimo como un par de víveres.
