Los niños de la etnia indígena wayuu, asentados en Colombia y Venezuela, están en riesgo de desnutrición e incluso de muerte debido a la pandemia de COVID-19.
Así lo denunciaron Human Rights Watch (HRW) y el Centro de Salud Humanitaria Johns Hopkins, a través de un informe divulgado este jueves.
Ambas entidades alertan las dificultades de supervivencia para los miembros de estas comunidades indígenas. Destacando también la afectación por las medidas de aislamiento decretadas para prevenir contagios de coronavirus.
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«Es sumamente difícil acceder a alimentos, agua y atención médica en un momento en que estos servicios son más necesarios que nunca», destacan.
El informe hace especial referencia a los indígenas asentados en el territorio colombiano, específicamente en el departamento de La Guajira.
«El Gobierno colombiano debería adoptar medidas urgentes para proteger los derechos de los niños y las niñas wayuu», alertaron.
José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch, resaltó las dificultades de las comunidades indígenas de La Guajira.
«No tienen acceso a alimentos suficientes ni al agua necesaria para practicar una higiene básica, incluyendo para lavarse las manos; y la información y acceso a la atención en salud es sumamente deficiente».
Viejo padecimiento
Asimismo, señala que esta situación ha contribuido a que durante años los wayuu hayan sufrido uno de los niveles más altos de desnutrición infantil en Colombia.
Solamente 3 de los 16 hospitales de La Guajira ofrecen atención en salud especializada para manejar casos complejos de desnutrición aguda.
Para Vivanco, la situación es más preocupante en el contexto actual de la COVID-19.
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Al 10 de agosto, las autoridades colombianas habían confirmado más de 2.700 casos de Covid-19 en La Guajira. 65 son entre indígenas wayuu.
Igualmente destaca que los problemas se han agudizado debido a «la mala administración y la corrupción», la crisis humanitaria en Venezuela y los efectos del cambio climático.
La inseguridad alimentaria se agrava y la desnutrición se hace presente en esta numerosa comunidad indígena. Al menos 270.000 wayuu habitan en el desértico territorio de La Guajira colombiana.
Casi todos habitan en áreas rurales o poblados pequeños. Sus fuentes de alimentos y de ingresos tradicionalmente han sido la agricultura de subsistencia, la búsqueda estacional de alimentos, la cría de cabras o la pesca.
El informe divulgado este jueves recoge unas 200 entrevistas realizadas por investigadores de HRW y del Centro de Johns Hopkins en La Guajira y en Bogotá.
Fueron consultados miembros y autoridades del pueblo wayuu, exiliados venezolanos, funcionarios de ONU y del Gobierno colombiano, personal de atención de la salud, docentes y científicos ambientales.
También analizaron datos proporcionados por organismos gubernamentales y ONG’s, además de hospitales. Así como, documentos judiciales y de la Fiscalía General de la Nación sobre investigaciones en materia de corrupción.
