La Unión Europea quiere aprovechar el momento en el que la industria textil mundial se encuentra golpeada por la crisis del coronavirus, reseña Euronews. Grupos ecologistas promueven una campaña para impulsar la producción más amigables con el planeta.
Con la crisis del coronavirus impactando a todo el mundo, la industria textil global no escapa de esta realidad. La industria de la moda está abarrotada con un exceso de existencias y muchas tiendas minoristas recortaron los pedidos de primavera.
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En países en desarrollo como Bangladesh -cuya economía dependen en gran medida de la industria textil- las fábricas de ropa luchan por sobrevivir. Y es que en todo el mundo, muchas personas continúan conservando la ropa de otras temporadas que en tiempos de normalidad ya estarían vendidas durante las rebajas.
Sin embargo lejos de constituirse en una amenaza, la Unión Europea quiere generar los cambios que den espacio a la ecología en esta industria. Según un nuevo informe, se pide al bloque comunitario una legislación que impulse un cambio tanto en minoristas como consumidores para que abandonen los recursos no renovables, los productos químicos y los fertilizantes.
Cultura el reciclaje
Así mismo se busca impulsar cambios en los consumidores para que adopten la cultura del reciclaje.
«Lo que la Comisión Europea puede conseguir es que la industria de la moda sea realmente responsable de los residuos que genera su sobreproducción, asegurándose de que, una vez que los consumidores hayan consumido sus artículos, sea responsabilidad de los productores, y con cargo a ellos, la recogida de estos artículos, su separación, reutilización y reciclaje», explica la directora de la campaña «Changing Markets» Urska Trunk.
La industria de la moda una de las que más demanda recursos así como de las que genera mayor contaminación. Ésta es responsable de una quinta parte de la generación de aguas residuales a nivel global. Además consume mayores recursos energéticos para el transporte marítimo y aéreo. Para el 2025 se estima que estaría consumiendo una cuarta parte del presupuesto de carbono que le quedaría al planeta.