La mentalidad de crecimiento se refiere a la manera en que enfrentamos los desafíos y los contratiempos. Tener una mentalidad de crecimiento es muy beneficioso.
Se dice que tienes una mentalidad de crecimiento si eres de esas personas que creen que «invirtiendo suficiente tiempo, esfuerzo y estudio, pueden adquirir cualquier habilidad». A las personas con mentalidad de crecimiento no les importa demasiado el fracaso porque saben que pueden aprender de él y mejorar su rendimiento.
Existen dos maneras de pensar: Mentalidad Fija y Mentalidad de Crecimiento. Con una mentalidad fija las personas creen que sus habilidades básicas, su inteligencia y su talento, son sólo rasgos de su personalidad; mientras que con una mentalidad de crecimiento las personas entienden que sus talentos y habilidades se pueden desarrollar a través del esfuerzo, la enseñanza y la persistencia.
Por su parte, Carol Dweck, doctora en psicología y profesora en la Universidad de Stanford, ha estudiado cómo influyen estos tipos de mentalidades en la vida de la gente, y ha llegado a la conclusión de que las personas con mentalidad de crecimiento tienen más éxito en todos los aspectos de la vida y viven con menos estrés. Así lo señala el portal de noticias Facile Things.
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¿Cómo tener una mentalidad de crecimiento?
- Rodéate de gente adecuada: Se recomienda buscar relaciones con quienes tengan mentalidad de crecimiento. De ese modo, podré escuchar sus puntos de vista y comprender que existen otras formas saludables y optimistas de pensar la realidad.
- Toma los cursos que siempre quisiste hacer: Si alguna vez postergaste algo que querías hacer por creer que no era lo tuyo debes retomarlo y demostrarte a ti mismo que con dedicación, puedes hacer lo que te propongas.
- Anímate a intentar: Nunca tengas miedo a intentar cosas nuevas. Si no lo hacer por temor a frustrarte, terminarás justo donde no quieres: en el sentimiento de fracaso.
- Focaliza en lo que puedas mejorar tú antes que ver lo malo en otros: No pierdas tiempo en ver lo malo de otras personas y enfatiza sobre aquellos aspectos propios que necesitas mejorar.
- Huye de los fantasmas: Presta atención a las anécdotas e historias en la mesa familiar de los domingos. Si muchas de ellas muestran fracasos, obstáculos y quejas, por más que sean en tono de risa, no dejes que te tomen, haciéndote creer que formas parte de un clan de gente que nunca llegará a nada.
- CONSTRUYE. Siempre es preferible desarrollar algo antes que quedarse en la idea.
Tal como lo señala Dwerk a Entrepreneur «no hay fallos, sino aprendizajes. Quienes lo comprendan de ese modo serán constructores más activos, saludables y amables de su propia vida».