La reciente presentación de Grok 3, la nueva IA de Elon Musk, puso en el centro de atención una funcionalidad llamada ‘Deep Search’.
Notablemente similar al ‘Deep Research’ desarrollado por Google y copiado por OpenAI. Esta convergencia no es casualidad.
Gigantes
En las últimas semanas, los usuarios observaron cómo los gigantes de la IA anuncian capacidades similares, marcando una nueva tendencia que va más allá de las mejoras incrementales.
OpenAI, Google con Gemini y Perplexity perfeccionaban estas funcionalidades, que representan un salto cualitativo en la IA.
Estos sistemas pueden navegar la web, analizar múltiples fuentes, sintetizar información y generar informes detallados con una sofisticación que desafía el trabajo de muchos analistas humanos.
A diferencia de las respuestas tradicionales en segundos, ‘Deep Research’ ofrece análisis profundos en minutos.
Enlaces
No se trata de una simple lista de enlaces, sino de una comprensión compleja de preguntas, descomposición en partes, investigación exhaustiva y ensamblaje de análisis coherentes con referencias citadas.
Los resultados son impresionantes. OpenAI afirma, con razón, que su ‘Deep Research’ reduce a media hora tareas que llevaban días a analistas profesionales.
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Aunque persisten errores ocasionales, la calidad general es suficiente para muchos propósitos prácticos.
Esto impacta directamente en el trabajo intelectual. Analistas junior, investigadores, abogados y asesores financieros ven cómo sus tareas de recopilación y síntesis de información son susceptibles de automatización.
Sin embargo, estos sistemas tienen limitaciones: no acceden a información privada, pueden confundir fuentes y carecen de criterio experto en ciertos análisis.
Aun así, automatizan tareas repetitivas de ‘bajo nivel’.
Paradoja
Esto plantea una paradoja: mientras aumenta la productividad de los expertos, pone en riesgo los empleos de entrada, esenciales para su formación.
‘Deep Research’ tiene el potencial de transformar las trayectorias profesionales en industrias del conocimiento.
Avance
Este avance demuestra cómo la IA se adentra en territorios antes exclusivos del intelecto humano.
La pregunta ya no es si la IA puede realizar este trabajo, sino cuánto de este trabajo seguirá siendo económicamente viable para los humanos.
Las empresas que ignoren estas capacidades se arriesgan a quedarse atrás. El resto debemos reflexionar sobre cómo gestionar esta transición, que podría dejar obsoletas funciones que creíamos seguras.»
Con información de XATACA
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