Un equipo de profesionales venezolanos en Ecuador creó Aulas Móviles, un proyecto para fortalecer el nivel educativo de niños, niñas y adolescentes en ese país.
Uno de los objetivos claves del programa es permitir la integración de estos jóvenes en la sociedad ecuatoriana.
El programa lo lleva adelante la Fundación Chamos Venezolanos en Ecuador, liderado por la médica venezolana Egleth Noda.
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La activista contó a Venezuela Migrante que, ver a venezolanos recorrer calles y avenidas de Quito, entre filas de carros con productos en manos en vez de estar en clase, despertó la necesidad de hacer algo.
“Decidimos empezar este proyecto para proveer oportunidades a los niños migrantes”, dijo Noda.
El compromiso de su equipo de voluntarios y profesores los llevó a habilitar una casa al norte de Quito, para atender a los niños, niñas y adolescentes.
Allí les proveían de almuerzo y cena, reforzaban sus conocimientos educativos y les hacían seguimiento psicológico.
Adaptándose a la nueva realidad
María Zambrano inscribió a su hijo mayor de 14 años en el sistema educativo ecuatoriano, para que comenzara clases en abril de 2019.
En Ecuador hay dos periodos escolares, con dos fechas de inicio y de final diferentes. En Quito las clases inician en septiembre, mientras que en Guayaquil comienzan en abril.
Debido a este cambio, el mayor de su hijo debía esperar unos meses para comenzar a estudiar, algo que incomodaba a María.
“Empecé a averiguar para que mis hijos tuvieran algo que hacer, hasta que descubrí a la fundación”, narró Zambrano.
Los inscribió en el plan vacacional que ofrecían ese año y desde entonces se ha mantenido conectada con Chamos Venezolanos de Ecuador.
«Ellos apoyan a mis hijos con sus tareas, les refuerzan buenos valores y se preocupan por preservar su identidad como venezolanos», contó María.
El apoyo lo realizan de manera gratuita para los niños, niñas y adolescentes migrantes, gracias a las donaciones de organismos multilaterales y privados.
También, al esfuerzo de 50 voluntarios que incluyen, estadísticos, médicos, psicólogos y profesores.
Al terminar 2019, el 42% de los hogares de esta población estaban en pobreza.