Niños ucranianos reciben libros para reponer sus devastadas bibliotecas. Los ucranianos envían miles de libros para reponer los que fueron destruidos en el frente.
Además, de las antiguas regiones ocupadas, en un intento de aliviar a los niños en medio de la devastación.
Con más de 570 bibliotecas dañadas y la confiscación de lecturas en ucraniano por parte rusa.
Los libros, tan importantes como la comida
Cuando los voluntarios de Járkov llegaron por primera vez al pueblo de Korobochkine, llevaban alimentos y medicinas.
Una mujer se les acercó con su hijo pequeño y les pidió un libro, lo que evidenció otra necesidad que debía ser atendida urgentemente.
«La mujer dijo que su hijo se estaba preparando para el colegio y que sólo tenía un libro, que ya se sabía de memoria».
«Nunca en mi vida había visto a un niño tan feliz cuando recibió algunos libros», cuenta a EFE Olga Bondar-Riznychenko, del Museo de la Literatura de Járkov.
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A partir de entonces, instó a sus amigos de los círculos literarios, editoriales y librerías.
Para que ayudaran a recoger el mayor número posible de libros infantiles y enviarlos después a los pueblos y ciudades devastados.
«Me impresionó ver cómo los habitantes de la zona a menudo iban primero por libros, no por ropa u otro tipo de ayuda humanitaria».
«Pese a las difíciles condiciones de vida», afirma Bondar-Riznychenko.
Libros en ucraniano, confiscados y sustituidos por Rusia
Los libros que les traen los voluntarios son a menudo la única posibilidad que tienen los lugareños de acceder a esa lectura.
Al menos 571 bibliotecas y sus fondos han sido dañados o destruidos por los bombardeos o por la ocupación rusa, según el Ministerio de Cultura del país.
En algunas de las zonas ocupadas por Rusia, se han confiscado los libros en ucraniano.
Valentyna Rubizhanska, bibliotecaria de Malyi Burluk, en la región de Járkov, fue relevada inmediatamente de su puesto por los rusos tras negarse a colaborar.
Consiguió salvar y esconder varios libros de historia ucraniana en su patio mientras su sustituta se dedicaba a recoger los libros ucranianos, incluidos en la lista que Rubizhanska vio tirada sobre su mesa.
«La lista incluía libros sobre la historia de Ucrania, pero también libros de ficción modernos», declaró Rubizhanska a EFE.
Entre los títulos de los libros que anotó tras echar un vistazo a la lista figura también uno escrito por el ex presidente Leonid Kucha y titulado «Ucrania no es Rusia».
Con información de EFE
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