La actriz estadounidense Meryl Streep, Premio Princesa de Asturias de las Artes 2023, confesó sentir «adicción» por la actuación.
Una «manera maravillosa de vivir», aunque reconoció que nunca perdió de vista quién es por los personajes que encarnó.
Nominada
La intérprete más nominada a los Óscar y a los Globos de Oro de la historia llegó ayer a la capital asturiana.
Además, el viernes recibirá el galardón de manos de la princesa Leonor, y este miércoles protagonizó un acto con alrededor de quinientos profesores.
Y alumnos mayores de 16 años de diversas formaciones.
En el encuentro, que dirigiò el guionista y director asturiano Sergio Sánchez, respondió a numerosas preguntas formuladas por los jóvenes.
Ante quienes explicó que elige interpretar a aquellos personajes que son «auténticos» y están sumidos en la «contradicción», porque «así son los seres humanos».
«Me gusta la complicación en los personajes. Me atraen esas mujeres que no están de acuerdo, que son inconformistas, complicadas, espinosas… », destacó.
«Que al final sorprenden, porque esperas una cosa y al final hacen otra», destacó la versátil actriz.
Perderse en cada papel
Streep, de 74 años, aseguró que desde los tres sabía que quería «trabajar en el teatro y en la industria del espectáculo».
Y subrayó que la «emoción» de actuar es poder perderse en cada papel e «inmiscuirse» en cada historia.
Algo que no le proporciona la parte tecnológica de la cinematografía, que le «aburre muchísimo».
Así, antes de aceptar su participación en algún trabajo siempre se pregunta si puede «ayudar al mundo» o, por el contrario, está «inyectando veneno a la cultura».
«No intento dar ninguna lección o enseñar nada. Lo que espero es estar haciendo algo verdadero y que la gente encuentre algo con lo que se pueda identificar», matizó Streep.
Quien con más de sesenta películas en su haber prefiere dejar a sus personajes en el plató y no llevarlos a casa, puesto que en la vida real están «las verdaderas razones para vivir».
Con información de EFE
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