Los jóvenes que quieren la paz. “El venezolano no se ha resignado. Lleva una vida de sobrevivencia. Estamos en una guerra donde el que no corre no se salva. Eso no quiere decir que no aspire y no quiera un cambio”.
Estas son las palabras que enmarcan el trabajo de solidaridad que lidera Angelo Rangel, quien es líder de un grupo que hace «de todo» en ese sector, aledaño a la Cota 905.
En informaciones reseñadas por el diario El Nacional se puede destacar el trabajo de un voluntariado que se suma a la solidaridad, paz, apoyo y voluntad. Todo ello, al servicio de los niños, jóvenes y adultos que conviven en la Cota 905.
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Son personas entre 17 años de edad y los 30 años. Destacó Rangel que «son los más consecuentes, pintaron canchas, repartido almuerzos». Además han preparado arepas, hicieron murales y han acompañado a personas de la tercera edad. E, incluso repararon las goteras de sus casas. «Una muestra de lo que es la Venezuela solidaria», explicó Rangel en referencia al grupo que traba con él.
De la misma manera aseguró que, «la pandemia les obligó a reinventarse. Antes trabajaban con mayor seguridad y comodidad en la iglesia San Miguel Arcángel, donde colaboraban con un comedor, pero eso cambió».
Igualmente detalló que, busca siempre ayuda en los comercios cercanos para poder hacer la comida a algunas personas que así lo necesiten.
También contó la historia de cuando hizo el proyecto de estudio sobre la producción de un careta de protección facial, que lo dio a conocer en el mundo médico.
“Las hemos distribuido en Caracas, principalmente. Las hemos llevado al Pérez Carreño, al Hospital Periférico de Coche e incluso al hospital de campaña que se instaló en El Poliedro”, describió.
Es de resaltar que, estos jóvenes alejados de la violencia, buscan cada día un sentido de responsabilidad social, que los lleve a tener una convivencia sana y de ayuda al prójimo.