FAO: se estima 43 millones de afectados por el hambre en Latinoamérica. La situación del hambre y la inseguridad alimentaria en América Latina y el Caribe es «preocupante» y «desafiante».
Con cerca de 43 millones de personas que pasan hambre, un flagelo que, sin embargo, no es único de esta región, que ya es un asunto global.
Voceros
Así coincidieron en entrevistas a EFE Luis Lobo, oficial del programa España-FAO para América Latina y el Caribe; Juan Martín Rodríguez, copresidente del Grupo de Seguridad Alimentaria de la Asamblea Parlamentaria Euro-Latinoamericana (Eurolat), y la eurodiputada Soraya Rodríguez.
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Con motivo de la reunión que celebra el foro de parlamentarios en Santo Domingo.
«Es una situación preocupante y también desafiante porque los números no son muy buenos», dijo el español Lobo.
El vocero destacó que se situó en 248 millones las personas bajo inseguridad alimentaria en la región.
El especialista atribuye la situación a la «tormenta perfecta» que vive el mundo a causa de la pandemia, el cambio climático y la propia desigualdad de la región.
Pero a medida que crece el hambre en la zona también aumenta el número de personas con obesidad o sobrepeso.
Casi el 70 % de la población, mientras se desperdicia el 30 % de los alimentos, de acuerdo con lo expuesto.
Los datos siguen siendo «tan críticos» como antes de 2019, año previo a la pandemia, a pesar de que en 2022 hubo una ligera baja, agregó.
Todo ello, a pesar de que, «si algo tiene (la región), es riqueza en alimentos, en producción de alimentos», señaló, el diputado uruguayo Martín Rodríguez, quien abogó por «acciones concretas» de los gobiernos para afrontar la situación.
Mayor compromiso para atajar el hambre
El tema del hambre y la malnutrición debe ser una prioridad para los Estados, apuntaron Martín Rodríguez y la española Soraya Rodríguez.
«Es muy importante que los países tengan la seguridad alimentaria como una prioridad central al momento de disponer de sus políticas públicas».
Aunado a impulsar, por ejemplo, la agricultura familiar, la alimentación escolar y la educación alimenticia, subrayó el político uruguayo.
Pero lo importante, señaló, es «fijarnos desafíos que sean reales, que sean posibles y que tengan claro cuál es la meta».
Unos objetivos en los que juegan un rol fundamental los parlamentarios y la cooperación.
Con información de EFE
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