Las huertas en casa son pequeños espacios en el hogar (balcón, terraza, jardín) que albergan tierra en la que se pueden cultivar hortalizas y leguminosas. Se necesitan pocas herramientas y materiales para llevarlas a cabo y es un lugar para unas ricas especies
En pleno otoño, las personas comienzan a tomar la decisión de sembrar; para así poder tener cosecha lista para llevar a la mesa en el invierno. Por supuesto, esto solo sucede con algunas especies, y las más comunes son:
- Acelga. Las acelgas son un tipo de especies de alto valor nutritivo y bajo aporte calórico. Contienen fibra soluble, que favorece el tránsito intestinal y previene el estreñimiento. También son un importante antioxidante rico en yodo, calcio y magnesio. Como las espinacas, esta verdura también es fuente de hierro. Esta se cultiva para aprovechar sus hojas en lugar de sus raíces y sirve para el consumo en cualquier etapa de su período vegetativo. Se puede comer cruda en ensaladas, o cocida.
- Cebolla de verdeo. El cultivo se puede iniciar por siembra directa (disponiendo la semilla a lo largo de una línea), almácigo y transplante (realizando un almácigo en suelo o en bandejas con sustrato); o a fin de verano y en otoño. Se pueden plantar “cabezas” de cebolla que rebrotan y dan verdeo. Cabe destacar que estas necesitan un suelo rico y bien drenado.
- Brócoli. El brócoli tiene alto contenido en vitamina C, una porción de 100 grs. aporta más del 150% de la ingesta diaria recomendada de esta vitamina. También contiene vitamina K, vitaminas del complejo B, vitamina A, magnesio, hierro, zinc, cromo, cobre, potasio, fósforo, proteína, fibra y fito-nutrientes. El brócoli es parte de la familia de las Brasicas, como el kale y la coliflor. Este cultivo se desarrolla mejor en climas frescos. Es un ejemplo de verdura que puede consumirse tanto cruda como cocinada.
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- Zanahoria. Las zanahorias tardan entre 3 y 4 meses en desarrollarse por completo, podemos revisar su crecimiento viendo la base de las plantas. Para su cosecha, debemos jalar las hojas sin separarlas de la raíz o cavar con una pala de mano si el suelo se encuentra compactado. Son un remedio para mentes cansadas y nervios desatados.
- Remolacha. Además de ser una fuente estupenda de vitamina C, lo que hace que la absorción del hierro aumente. Si bien hay otros alimentos con más hierro, su riqueza en ácido fólico la convierte en el alimento por excelencia para tratar estos déficits. Esto hace de la remolacha la aliada perfecta en casos de anemia. La cosecha no se debe realizar tarde, ya que las raíces pueden quedar fibrosas. Al momento de cosechar, se debe dejar algunas hojas para su mejor conservación.
- Espinaca. Es una fuente excelente de vitaminas K, A, C y ácido fólico. También es rica en manganeso, magnesio, hierro y vitamina B2. La vitamina K es importante para la salud de los huesos y es difícil encontrar vegetales con más vitamina K que la espinaca. También son especialmente importantes para la salud visual. Las plantas de espinaca que apuntan al mercado fresco se cosechan en un corte (se destruye toda la planta) aproximadamente 40-55 días después de la siembra.