El sábado 17 de octubre, el portavoz de la Santa Sede, Matteo Bruni, informó; que el Vaticano había confirmado un caso del coronavirus en la casa de Santa Marta, residencia del Papa Francisco.
El paciente abandonó temporalmente la casa de Santa Marta, que es la residencia donde el pontífice argentino preferiría vivir en el Vaticano. Así mismo, todas las personas que tuvieron contacto directo con él, fueron puestas en cuarentena.
Así mismo, Bruni señaló que los resultados de las pruebas de coronavirus de tres residentes del Vaticano se han curado en los últimos días. De igual forma, otro caso que involucra a residentes de la Ciudad del Vaticano y once miembros de la Guardia Suiza ha sido confirmado por las pequeñas tropas del Papa.
En respuesta a los casos encontrados, el gobierno del Vaticano ha obligado el uso de máscaras en todo el territorio, incluyendo los espacios al aire libre así como en todos los territorios y edificios romanos que se encuentren dentro de su jurisdicción.
Sin embargo, el miércoles pasado el Papa Francisco, acompañado de una fiel audiencia, no llevaba máscara. Solo se le vio una vez en un coche que lo condujo hasta los muros de la Santa Sede.
Por esto, renunció por primera vez a saludar a los creyentes al inicio y al final de la audiencia. Se disculpó por renunciar a sus estrechos vínculos e instó a respetar los procedimientos de salud contra el coronavirus.
En la primera ola de la pandemia, el Vaticano registró doce infectados.
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