Un reportaje realizado por el equipo periodístico de la agencia de noticias EFE, recuerda una triste realidad en Venezuela: tiendas llenas, pero despensas vacías.
En el trabajo, comparten algunas historias de venezolanos que, si acaso tienen para comer un pedazo de pan con margarina.
La venezolana Luznaily Sulbarán es el primer ejemplo. Vive en Los Teques, estado Miranda junto a sus dos hijas, menores de edad.
«Abre su nevera y apenas encuentra un pequeño trozo de queso para acompañar las tradicionales arepas que desayunará junto a sus dos hijas», cita el texto.
Su despensa está vacía. Su refrigerador se queda también sin nada una vez se consuma el lácteo del desayuno.
«Me encantaría (comer) lo que teníamos acostumbrado, que se coman (mis hijas) unos Corn Flakes (cereales tostados en hojuelas) con sus respectivas frutas, y al mediodía su carne con arroz, sus plátanos y su vaso de jugo», dice a EFE.
Pero cada mañana, cuando prepara los alimentos, los deseos de esta comerciante de 30 años dan al traste.
Ni siquiera tiene la posibilidad de escoger, puesto que su despensa está vacía, en un marcado contraste con el abastecimiento en cientos de supermercados del país.
Y es que, ahora, el problema para que los venezolanos adquieran alimentos no es la escasez o desabastecimiento en las tiendas, como ocurrió hace unos años.
El tema principal es la hiperinflación y los altos costos de los productos, si se atiende a sus salarios promedios de apenas, con suerte, un puñado de dólares por mes.
Para leer el reportaje completo sobre las despensas vacías, haz clic aquí.