Con el apoyo de detective de enfermedades, Singapur contuvo la epidemia de covid-19, ante el temor de una propagaci?n descontrolada, luego de ser uno de los primeros pa?ses en sentir el impacto de coronavirus.
All? los detectives est?n al acecho de posibles casos positivos de la enfermedad en un intento de estar un paso por delante del virus.
Uno de las primeras acciones fue el 4 de febrero, cuando el gobierno de Singapur inform? que el virus se hab?a propagado entre la comunidad local. No se trataba de personas llegadas de China.
Esos primeros casos locales eran los trabajadores de una tienda de medicina china, Yong Thai Hang, familiares de una vendedora y una la gu?a tur?stica.
Los detectives comenzaron a indagar para detectar la fuente original de contagio, descubriendo que a mediados de enero, un grupo de 20 turistas de la ciudad china de Guangxi llega a Singapur para celebrar el A?o Nuevo Lunar. Visitaron algunos de los sitos m?s sofisticados, incluyendo en su itinerario una simple tienda de medicina tradicional china que vend?a aceite de cocodrilo y hierbas.
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La tienda es popular entre los turistas del continente, y con su esmerada atenci?n a los visitantes, la vendedora adem?s de mostrar varios productos, les dio masajes con aceite medicinal en los brazos.
?El grupo de chinos regres? a casa pero dej? algo atr?s?, relata un especial de BBC Mundo.
De esa sola visita a la tienda, nueve personas se infectaron, incluyendo el esposo de la vendedora, su beb? de 6 meses y su empleada dom?stica indonesia. Otros dos trabajadores tambi?n se contagiaron.
Todos se han recuperado, pero pudo haber sido mucho peor de no ser por el sofisticado programa de rastreo de contactos con el que cuenta Singapur.
Los detectives de enfermedades trabajan a la antigua,
Los ?detectives de enfermedades? sigue la cadena del virus de una persona a la siguiente, identificando y aislando esos individuos y todos sus contactos cercanos, evitando que propaguen a?n m?s el virus.
«Hubi?ramos terminado como Wuhan», afirma Leong Hoe Nam, especialista en enfermedades infecciosas del hospital Mount Elizabeth Novena y asesor del gobierno de Singapur.
Hasta esta semana unas 6.000 personas han sido rastreadas y contactadas mediante una combinaci?n de im?genes de c?maras de seguridad, investigaci?n policial y arduo trabajo a la antigua de los detectives de enfermedades, que muchas veces se inicia con una simple llamada telef?nica.
Ese primer contacto alarma a quien la atiende por la precisi?n de los datos que manejan, pero luego colaboran con los ?detectives? porque se trata de un asunto de salud ante una emergencia mundial.
Cuando contactan a las personas y confirman la vinculaci?n con otros casos, inmediatamente le ordenan mantenerse aislado. Luego reciben la visita de los funcionarios de salud para las pruebas correspondientes.
«La polic?a y el ministerio sostienen teleconferencias diarias para intercambiar informaci?n», expres? a la BBC por correo electr?nico el alto comisario asistente de polic?a Lian Ghim Hua, del Departamento de Investigaci?n Criminal.
«Un promedio de 30 a 50 agentes est?n trabajando todos los d?as en rastreo de contacto y la cifra algunas veces se eleva hasta m?s de 100 agentes».
En Singapur, la mayor?a de la gente conoce a alguien que ha sido rastreada y contactada, y eso es parte del asunto. Con casi 8.000 personas por kil?metro cuadrado, es uno de los pa?ses m?s densamente poblados del mundo. Un foco de infecci?n no identificado podr?a propagar la enfermedad r?pidamente.
El potencial impacto sobre la econom?a y el servicio de salud ser?a enorme. Singapur no tuvo muchas opciones salvo encontrar y asilar a todo el que estuviera en riesgo.