Este jueves el presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Salvador Romero, aseguró que Bolivia celebrará el domingo 18 de octubre el proceso electoral «más complejo» de su historia democrática.
El funcionario señaló que la definición «no es exagerada»; la complejidad de la organización de las elecciones ha estado marcada por la pandemia del covid-19.
En una conferencia telemática con la Asociación de Corresponsales de Prensa Internacional (ACPI); explicó que la dificultad estuvo dada por «la anulación de la elección de 2019»; algo de «mucha gravedad para cualquier país»; y apuntó que en este siglo sólo se anularon dos elecciones, la peruana en 2000 y la boliviana el año pasado.
La pandemia y las elecciones
La organización de las elecciones tuvo dos graves complicaciones; la primera la definición de la fecha de los comicios, previamente fijados para el 3 de mayo y luego pospuestos para el 9 de septiembre; y finalmente se determinó para el 18 de octubre.
Las elecciones de Bolivia estarán marcadas por el Covid-19
El segundo fue “adaptar» el día de las elecciones a las condiciones de la pandemia, comentó.
Están llamados a votar 7,3 millones de electores; los cuales serán divididos en dos turnos, mañana y tarde, bajo el control de la terminación del número del documento de identidad; adicional se va a otorgar una hora más para votar, aparte de las medidas de bioseguridad para evitar que se propicie un riesgo de contagio por covid-19.
Por la pandemia, votaran 300.000 bolivianos residentes en 30 países a excepción de Panamá, donde no será posible efectuar la jornada electoral; y en Chile el sufragio se efectuará únicamente en Santiago.
Elecciones presidenciales y legislativas
«Vamos a tener una jornada electoral limpia, segura y confiable», resaltó Romero.
Bolivia elegirá en estas elecciones del domingo a su presidente, vicepresidente, diputados y senadores para el ejercicio de mandato por cinco años.
Estos comicios fueron convocados casi un año después de que se anularan los del 20 de octubre de 2019; por las denuncias de fraude del entonces presidente Evo Morales; quien había sido declarado vencedor para un cuarto mandato consecutivo y siempre ha negado esa acusación, que sigue bajo investigación judicial en Bolivia.
Las fracasadas elecciones del año pasado originaron una grave crisis social y política; que dejó 37 muertos y más de 800 heridos según la Defensoría del Pueblo de Bolivia.
